miércoles, 17 de diciembre de 2008

BOMBAY, CRONICA DE UNA MASACRE por Claire Berge y Juli Garzon

El pasado 26 de noviembre empezó en Bombay un ataque terrorista sin precedentes. Granadas de mano, fusiles de asalto AK-47 y bombas distribuidas por toda la ciudad causaron el pánico entre los habitantes de Bombay. La última bomba fue hallada una semana después de haber comenzado los ataques.
Este es el relato de la semana que conmovió al mundo, y sus precedentes.
Marzo 2007
Ocho terroristas son interceptados en la ruta marítima que une la ciudad paquistaní de Karachi con Bombay. Después de pagar un soborno a la policía marítima, son puestos en libertad con un transmisor oculto en sus maletas.
Unos meses mas tarde, son detenidos en Jammu gracias a los rastreadores, cuando entraban en India para realizar un atentado.
Febrero 2008
F.A.Ansari es detenido junto a otros siete terroristas. Ansari no tarda en revelar su plan: volar por los aires el edificio de la Bolsa, en Bombay. En su declaración dibuja unos planos del sur de Bombay, con referencias específicas al Hotel Trident-Oberoi y a la Estación Victoria Terminus.
18 de septiembre 2008
Los servicios de inteligencia indios interceptan una llamada vía satélite entre un conocido miembro de Lashkar-e-Toiba, grupo terrorista con base en Pakistán, y otra persona sin identificar. Esta ultima comenta: “El objetivo es un hotel al lado de la Puerta de la India”.
24 de septiembre 2008

Se intercepta otra llamada en la que se dice que los posibles objetivos son cuatro hoteles de lujo, con vistas al mar. Aunque no se especifican fechas.
19 de noviembre 2008
La inteligencia india recibe un informe, probablemente de EE.UU., donde se habla de otra llamada interceptada por satélite. El punto desde donde se realiza está en el mar, al sur de Karachi y a cuatro días de Bombay. La llamada notifica “El cargo está en su camino a Bombay”.
26 de noviembre 2008
Hacia las 20h
Diez jóvenes con gran cantidad de bolsas se dirigen por las calles estrechas del barrio de Colaba a la Nariman House, una casa ultra-ortodoxa judía. En su camino se encuentran con unos chicos del barrio, entre ellos Sumit Supadia, que les preguntan sobre el contenido de las bolsas, a lo que responden que son muchos libros y utensilios para realizar un trabajo universitario, así como mucha agua ya que, al ser extranjeros, no les sienta bien el agua local.
Como más tarde nos comentaría un camarero del Wich Latte, “algunos de ellos habían estado viviendo allí hace unos meses. Yo mismo les había llevado comida. Por eso, a la gente del barrio no le sorprendió que entraran en el edificio con tanta tranquilidad, a pesar de las medidas de seguridad”.
De lo diez chicos, ocho abandonan la casa al poco tiempo. Todos en parejas. Dos de ellos se dirigen al Leopold Café para cenar. Los dos que quedan en la Nariman House son Imran y Nasir.
21:15h
Los dos chicos que acaban de cenar en el Leoplod Café piden su cuenta y pagan. Al dirigirse hacia la calle, se separan, como si cada uno fuera a salir por una de las dos puertas que tiene el local. Se detienen, abren sus bolsas, sacan cada uno un fusil automático AK-47 y abren fuego contra toda la gente del local.
Andri, fotógrafo americano, oye los disparos y, tras darse cuenta de que no son petardos, se esconde en un cyber-café vecino. No matan a todo el mundo. A los que quedan con vida les piden que se estiren en el suelo con su pasaporte en alto. Nicole -nombre inventado- es inglesa y es de las que más cerca está de los terroristas. Al cogerle el pasaporte y debido a su nacionalidad, piensa en su muerte inminente. Sorprendentemente, le dicen que abandone el local: “No queremos más muertos ingleses en este local”. Ella corre desesperadamente, con los pantalones agujereados por una bala.
Los dos terroristas acaban abandonando el local para dirigirse al Hotel Taj Mahal. Félix Ambrosa, dueño del cyber-café vecino del Leopold Café, ve a uno de los terroristas disparando contra la gente que corre por la calle, no a los que se esconden. Andri se mete, casi por instinto, dentro del cyber-café con Félix, que apaga las luces y pide a sus nueve clientes extranjeros que permanezcan en silencio y escondidos en la habitación de atrás. Una vez han pasado los dos terroristas por delante de su tienda y tras estar seguros de que no hay más, Andri se dirige al Leopold Café. “Era un baño de sangre. Pude ver un cargador de balas en el suelo. Esto supone muchos disparos”.
21:45h
Algunos de los huéspedes del Hotel Taj Mahal disfrutan de la apacible y calurosa noche de Bombay en la piscina cuando, de repente, granadas de mano y disparos los sacan de su burbuja de lujo. Los terroristas se dirigen al restaurante de la planta baja del hotel. Allí podrán cerrar las puertas y hacer rehenes. Son cuatro, los dos que provienen del Leopold Café, más otros dos que les esperaban en el hotel. Sus nombres: Javed, Hafeez, Nazir y Shoaib.
21:50h
Es la hora de mayor afluencia de pasajeros en la Estación Victoria Terminus, la mayor estación ferroviaria de Bombay y una de las más importantes de la India.
Mukesh Agrawal, propietario del Re-Fresh, un restaurante situado ante el andén número 13, está preparado para dar servicio a los centenares de pasajeros que hay en la estación.
Ismail y Kasab se encuentran al inicio del anden 13. Se miran, sonríen, abren sus bolsas, uno coge un AK-47 y el otro una granada de mano. Este la tira en medio de la multitud. Al explotar la granada de mano, su compañero abre fuego indiscriminado contra todo lo que se mueva. Luego se le une en los disparos su compañero. M.Agrawal grita a sus clientes que se echen al suelo, mientras una de las balas perfora su abdomen. Durante esos minutos de pánico, uno de los terroristas deja una bolsa negra y roja en el suelo. Y por los altavoces se oye la voz calmada de D.Zende instando a la gente a abandonar la estación por la salida más próxima.
Los dos terroristas permanecen largo rato en el sitio desde el que han empezado el ataque. No hay nadie que les oponga resistencia. Tal y como relataría Sebastian da Souza, editor grafico del Mumbai Mirror que fotografio a los terroristas en la estación, los policías, armados sólo con un lathi o palo de bambú, huyeron corriendo como el resto de los pasajeros. Incluso cuando uno de los terroristas lo descubre haciendo fotos y le empieza a disparar, Da Souza pide a un policía que contraataque, pero éste no hace nada paralizado por el miedo.
La estación permanece en silencio absoluto, mientras los terroristas se pasean tranquilamente por ella. Una mujer huye corriendo con su hijo pequeño de seis anos cogido de la mano, junto a otros pasajeros que también escapan de la trampa mortal en que se había convertido la estación. Mientras corre, tiene un ataque de nervios y empieza a gritar. Uno de los terroristas la mira, sonríe, apunta, dispara y mata primero a su hijo y luego a ella.
El plan de los terroristas era hacerse fuertes en la estación con rehenes como protección, pero la resistencia policial es mínima.
Suddam Pandarkar es uno de los policías de servicio en la comisaría existente dentro de la estación. Tras los primeros minutos de confusión, su jefe les manda a oponer resistencia a los terroristas. Desde el andén número 6 de trenes locales divisa a los terroristas. Con su pequeña y vieja pistola dispara tres balas, lo que llama la atención de los terroristas. Con una ráfaga de sus fusiles automáticos le hieren en el pecho. Su próximo recuerdo es ya en el hospital. S.Pandarkar fue uno de los tres únicos policías que abrió fuego contra los terroristas.
Tras 25 minutos sin resistencia, Ismail y Kasab deciden salir de la estación.
22:00h
Sin que nada hubiera enturbiado los ánimos del hotel de lujo Trident-Oberoi (de hecho, dos hoteles unidos en su interior), se prende fuego en la recepción del Trident y se dispara indiscriminadamente en la del Oberoi.
Acto seguido, los dos terroristas, se dirigen al restaurante Tiffin del hotel, donde, al igual que en el Hotel Taj Mahal, podrán cerrar puertas y hacer rehenes. Una vez encerrados allí, Rehman y Fahadullah ordenan a dos camareros que prendan fuego al restaurante con toda la clientela dentro. Los dos camareros, con dos cajas de cerillas, obedecen e intentan prender fuego a las cortinas. Mientras, una mujer embarazada de ocho meses pide que la dejen salir y muere de un disparo de los terroristas. El miedo se palpa en el ambiente. Tanto que uno de los camareros ni tan siquiera consigue encender una cerilla tras otra. También es asesinado de un disparo. El otro camarero, al ver que él también va a morir, salta por la ventana. Milagrosamente salva la vida, al igual que un camarero del Hotel Taj Mahal que también huye por la ventana.
Mientras tanto, también a las 22,00 horas, en el restaurante Souk situado en la terraza de la Taj Tower del Taj Mahal, Faisul mantenía una cena de negocios. Como guardaespaldas que es -se encarga de la seguridad de la selección surafricana de cricket-, advierte que algo no va bien. Demasiadas llamadas, casi simultáneas, a los clientes del local, con caras de preocupación y preguntas a las mesas vecinas, así como el evidente nerviosismo del manager del restaurante, le convencen de que algo falla.
Al oír unos disparos observa desde las alturas, a través de los grandes ventanales, las calles que rodean el Taj Mahall y su Tower. Pero no le revelan nada anormal. Se identifica ante el manager y éste le comenta que parece que se produce un ataque al hotel. Faisul pasa a tomar el mando de la situación en el restaurante. Tras pedir calma y tranquilidad a los clientes, Faisul manda cerrar todas las puertas del restaurante. Después de unas llamadas, el manager confirma el ataque terrorista. Faisul ordena que los cerca de sesenta clientes se dirijan a la cocina. Faisul y los trabajadores del restaurante, con mucho cuidado de no hacer ruido, ponen muebles tras las puertas para trabarlas. De ahí pasan a una sala de conferencias donde hay otras sesenta personas. Durante el paso por la cocina, Faisul y los trabajadores del hotel se arman con todos los cuchillos que pueden. Faisul manda a un miembro de seguridad del hotel a comprobar si su ruta de escape, la escalera de incendios, es segura. Acto seguido apagan las luces y permanecen todos en silencio.
También cerca de las 22,00 horas, en la Nariman House, la criada del rabino Gavriel Holtzberg -cuyo nombre no quiere revelar- abre la puerta de su habitación al oír gritos en la casa. Ve a dos hombres armados. Cuidadosamente, cierra la puerta sin hacer ruido y se acurruca en una esquina de la habitación. Escucha unos disparos. Se cree que ya fue entonces cuando murieron el rabino, su mujer y los dos huéspedes judíos. Tan sólo queda con vida el bebé, de dos anos, y la criada escondida en su habitación.
Acto seguido, Imran y Nasir disparan desde las ventanas, matando a uno de los chicos que, a su llegada, les había preguntado por sus bolsas. Lanzan una granada para hacer volar por los aires la gasolinera que hay justo en frente. Afortunadamente para el vecindario, uno de los más poblados de Colaba, sólo consiguen derrumbar uno de los muros de la gasolinera.
22:15h

Explota una bomba en un taxi en Vile Parle, en las afueras de Bombay, a treinta kilómetros de Colaba.
22:36h
Explota un segundo taxi en Wadi Bunder, a cuarenta kilómetros de Colaba.
22:45h
Los terroristas deciden subir los rehenes del restaurante del Hotel Trident Oberoi a la planta 18. Entre ellos se encuentra Apoorva Parikh, junto a sus dos amigos Anand Jain, uno de los propietarios del floreciente Yes Bank, y Suresh Parekh. Una vez subidas las escaleras hasta la planta 18, la cantidad de rehenes existente no permite a los terroristas mantenerlos en el recibidor de una sola planta. Bajan a algunos de ellos a la planta 17. Apoorva Parikh permanece en la 18 con sus dos amigos, el resto de rehenes y uno de los terroristas; el otro se encuentra en la planta 17 con los rehenes que no cabían en la 18. Al cabo de unos minutos y después de unas ordenes entre los terroristas, abren fuego contra todos los rehenes de las dos plantas, matándolos a casi todos. Apoorva Parikh es el único afortunado al que las balas no han tocado, aunque cae al suelo con sus dos amigos encima.
El objetivo de los terroristas era matar a 5.000 personas entre los distintos ataques.
23:00h
Ismail y Kasab deciden abandonar la Estación Central Victoria. A su paso, van disparando contra todo lo que se mueve.
A no más de cuatrocientos metros de la estación y al lado del Cama Hospital, encuentran a Thakur Budha Waghela, trabajador de la limpieza en el turno de noche en el Albless Hospital. Está acabando su cena antes de empezar a trabajar. Los dos terroristas le piden agua. Se la da y, posteriormente, le matan delante de su hijo de seis anos. Luego se dirigen al Cama Hospital, dedicado exclusivamente a niños y mujeres, donde está de parto Nasrim Shaikh. Cuando los médicos que la asisten empiezan a oír disparos dentro del hospital, meten la cabeza del niño, que ya asomaba por el útero, dentro la barriga de su madre. Ella chilla desesperadamente de dolor, los médicos le inyectan un calmante para que se quede dormida, apagan las luces de la sala de partos y cierran la puerta desde dentro. Al cabo de unos minutos, los terroristas pasan por esa planta e intentan abrir la puerta. Al estar cerrada, abandonan la planta. Inmediatamente después los médicos reactivan la operación y consiguen salvar la vida del bebé y de su madre. Los seis muertos que se registran en el Cama Hospital son de los policías que iban siguiendo a los terroristas. Las testigos del hospital afirman que los terroristas disparaban sólo al aire mientras se movían por el hospital. Nunca amenazaron a ninguna enferma ni trabajador del hospital.
Heman Karkare, jefe de la Brigada Antiterrorista de Bombay, se entera por la radio de su coche de la situación de los terroristas y pone rumbo hacia allí, con tres de sus agentes: Ashok Kamte, Vijay Salazar y Arund Jadhav. Una vez allí son indicados de la dirección seguida por Ismail y Kasab. A su paso por esa calle encuentran dos cuerpos sin vida al lado de la carretera. Dejado el Albless Hospital a su izquierda, tuercen a la izquierda siguiendo el único camino posible en coche. Es una calle con el Albless Hospital otra vez a su izquierda y plantas y árboles a su derecha, que rodean los edificios que se echan encima de la calzada. Una emboscada de Ismail y Kasab, dos chicos de 21 años, acaba con la vida de Karkare, el jefe de la ATS, la brigada antiterrorista más importante de India, y de dos de sus acompañantes. Los dos terroristas sacan del coche a Karkare, Kamte y Salazar mientras no paran de reírse del hecho que Karkare llevara un chaleco antibalas. Pero dejan a Arund Jadhav dentro, pues, tal vez debido a su corpulencia y a su situación dentro del coche, les habría supuesto demasiado tiempo perdido. Curiosamente, Arund Jadhav era el único que seguía vivo de los cuatro ocupantes del coche.
Ismail y Kasab emprenden la huida con el coche, lo que les permite seguir por la radio del coche todas las conversaciones de la policía. Salen de la calle Badruddin Tayabi, giran a la derecha por la Mahapalika Marg. Al pasar por delante del Metro Cinema, abren fuego contra la gente que estaba esperando el inicio de la sesión nocturna. A lo largo de su trayecto, disparan por las calles extrañamente semidesiertas del sur de Bombay. Mientras, en la parte trasera del coche, Arund Jadhav apenas se puede mover como consecuencia de las heridas que tiene.
El coche se dirige a gran velocidad hacia Colaba, como si quisieran ir al Hotel Taj Mahal o a la Nariman House, muy cerca una del otro. Por el camino divisan un control policial que corta la calle. Desde el control, los policías observan un coche patrulla aproximándose a gran velocidad. Se muestran inquietos. A pesar de ser un coche de la policía demuestra comportamientos extraños. Ningún agente reacciona. Del coche patrulla asoman dos cuerpos por las ventanas delanteras, que les empiezan a disparar. El cámara que lo estaba filmando cae al suelo y los terroristas pasan el control no sin sufrir un reventón en una rueda.
Los terroristas oyen por la radio que su coche ya ha sido identificado. Paran al lado de un Skoda azul, matan a su ocupante y huyen en él. Es entonces cuando Ardun Jadhav facilita sus informaciones por la radio del coche: el vehículo que llevan los terroristas, la dirección que han tomado y que han matado a Karkare. Esto enfurece al cuerpo policial. Finalmente, Ismail y Kasab son alcanzados minutos más tarde en Chowpatthi Beach. Ismail muere por los disparos de la policía, mientras Kasab, malherido, es llevado al hospital y arrestado.
27 de noviembre
00:00h
El devenir de los acontecimientos ha revelado al Gobierno indio que no se enfrenta con un simple ataque terrorista sino con un complejo ataque a la toda ciudad de Bombay. Se activan los planes de alerta máxima y se llama al cuerpo de Marines, especializados en operaciones de elevado riesgo en alta mar, y al cuerpo de élite Guardia de Seguridad Nacional, el cuerpo más preparado de la India para combatir cualquier tipo de amenaza.
02:00 - 10:00h
Los Marines entran en accion en el Hotel Taj Mahal, el Hotel Trident Oberoi y en la Nariman House a las 02:00h.
Mientras, Sunil Yadhav, miembro de la Guardia de Seguridad Nacional, sigue esperando en Delhi, como en el transcurso de las ultimas dos horas, la llegada de un avión que los transporte, con sus 150 compañeros y todo su equipo, hacia Bombay.
Entre los distintos clientes del Hotel Taj Mahal surgen ideas para conseguir abandonar el edificio, imposible de cubrir todo por tan sólo 4 terroristas. Deepak Kuntawal construye una larga cuerda con las cortinas de su habitación, por la que podrán escapar muchas personas. Primero, mujeres y niños. Luego, los hombres. El penúltimo es su padre que, cuando está bajando por la cortina, ésta se rompe y, al caer al suelo, él se fractura una pierna. Deepak Kuntawala baja como puede con lo que queda de las cortinas rotas.
En el Hotel Trident Oberoi, Arund Parikh sigue con vida en el piso 18 cuando oye que los terroristas se acercan de nuevo. Haciéndose el muerto, siente como el foco de una cámara le está filmando junto al resto de víctimas mortales. Están siendo grabados por los terroristas, o así lo cree el. Al irse Rehman i Fahadullah, uno de sus amigos, muy malherido, le pide un poco de espacio para poder respirar mejor. Él se lo cede, pero al poco rato su amigo muere. Los terroristas regresan al cabo de un rato y, sintiéndolos muy cerca, oye como dicen “Ese se ha movido. Antes no estaba aquí. Vayamos a comprobarlo”. Sabe que se refieren a él. Cuando está seguro de que ya no están, Arund Parikh abandona la planta para subirse arriba, donde encuentra la habitación del aire condicionado.
En la Tower del Hotel Taj Mahall las 120 personas que Faisul se encarga de proteger siguen encerradas aún en la sala de conferencias. Tras confirmarse que la escalera de incendios es segura, Faisul ordena a todo el mundo sacarse los zapatos, apagar los móviles y les ruega mantener un silencio escrupuloso. Tras una hora de sufrimiento, oyendo disparos y explosiones mientras bajan por las escaleras, Faisul consigue sacar con vida a todas las personas. Eran las tres de la noche y, el haber estado en la moderna Tower del Hotel Taj Mahal y no en el Heritage, la parte antigua donde los terroristas actuaban, les había salvado la vida.
En las tres primeras horas de acción de los Marines consiguen liberar a cien personas del Heritage. Pero a las 05:00h los terroristas descubren la vía de escape de los rehenes por el lobby y lanzan una granada. Se interrumpen los rescates hasta las 07h. En las tres horas siguientes, los Marines liberan a cien rehenes más.
Cerca de esta hora, Sunil, miembro de la Guardia de Seguridad Nacional, entra en un avión que le llevara, junto a todos sus compañeros y equipo, a Bombay.
Casi a las nueve de la mañana, la criada de la Nariman House, que no para de oír llorar al bebé y tras un rato sin escuchar disparos, decide ir a buscarlo. Tras encontrarlo y calmarlo, huye de la casa. En su escapada, intuye cuatro cuerpos sin vida en el suelo de una habitación. Los terroristas no se dan cuenta de su marcha y su testimonio daría unas valiosas pistas a la Guardia de Seguridad Nacional sobre lo que pasa dentro la casa.
A las 10h de la mañana, entran por fin en acción la Guardia de Seguridad Nacional, en el Hotel Taj Mahal, el Hotel Trident Oberoi y la Nariman House.
A Sunil se le asigna el Hotel Taj Mahal. Su misión es rescatar cuanta más gente mejor. No hay rehenes, sólo gente escondida, la mayoría en sus habitaciones. Será un trabajo difícil para Sunil, pero ha sido entrenado para esto. Como el apodo de la Guardia de Seguridad Nacional indica “Black cats” (Gatos negros), su vestimenta negra, su capacidad para moverse por las zonas en conflicto sin articular palabra, sin hacer ruidos que delaten su posición, equipados con las últimas armas y entrenados para no sentir el dolor, les hacía el cuerpo ideal para la situación.
Sunil empieza su trabajo en la planta 6 del hotel para, sucesivamente, ir bajando planta por planta. Su misión concreta era comprobar, habitación por habitación, la existencia de rehenes. Cada rehén que encontrara, debería llevarlo al Central Place, un vestíbulo que había en cada una de las plantas y del que salían los pasillos que conducían a las habitaciones. Una vez allí daría el rehén a otro comando encargado de sacarlo del edificio. El debería ir a comprobar otra habitación, una a una. Así, hasta acabar con las más de 500 habitaciones de que dispone el hotel.
En el Hotel Trident Oberoi, la Guardia de Seguridad Nacional entra en el edificio por la azotea, gracias a unos helicópteros. Su misión y forma de actuar será la misma que en el Hotel Taj Mahal.

10:00 - 00:00h
Al mediodía, delante del restaurante Gokul, situado al lado del Hotel Taj Mahal, una de las miles de personas que hay al lado del hotel para seguir los hechos de cerca, pregunta a un policía de quién son esas dos maletas que llevan tiempo allí sin ser atendidas por nadie. Se llama a los artificieros para que las comprueben. Para sorpresa y pánico general, se comprueba que contienen ocho kilos de explosivos RDX cada una, suficientes para provocar una masacre entre los miles de personas allí reunidas. Corre la voz de alerta y se investigan los aledaños del Hotel Trident Oberoi y de la Nariman House. Para sorpresa de la policía, se encuentran dos maletas más junto al Trident Oberoi, pero nada cerca de la Nariman House.
La lectura de este hecho lleva a una conclusión clara. Si las maletas están fuera y los terroristas dentro, eso quiere decir que hay más terroristas fuera de los hoteles. Este hecho ha sido confirmado por el único detenido de los terroristas, que afirma que los que llegaron a Bombay para el ataque fueron quince, no diez.
Son las 15:30h, y Sunil lleva ya más de cinco horas liberando rehenes. No sabe cuántos, pues el estrés de la situación no le deja recordarlo. Además, como están entrenados para no hablar, mientras está en el interior del hotel no puede comunicarse con nadie, sólo con sus compañeros, mediante señas, nada de intercomunicadores. Esto le imposibilita saber cuantos rehenes se han sacado, si queda alguno en su interior y si quedan terroristas con vida, ya que sólo puede comunicarse con los comandos que están a su lado.
Sunil sigue con su arriesgado trabajo. Llega delante de la puerta de una habitación. Como en todos los pisos, hay mucho humo y está muy oscuro, a pesar de los grandes ventiladores que la Guardia de Seguridad Nacional ha instalado para ahuyentar el humo y el mal olor de los cuerpos en descomposición. Casi no ve nada y no dispone de ningún mapa del edificio. El guía del hotel que traían ha huido aterrorizado por los acontecimientos.
Llama a la puerta de esa habitación con mucho cuidado, esperando posibles disparos de los terroristas. No se oye nada. Se identifica como policía, pero, como la experiencia le ha demostrado, si hay un rehén en su interior, no va a decir nada pues temerá que es un terrorista. Además, está seguro que han trabado la puerta con muebles para dificultar la entrada de los terroristas.
Sunil advierte de que va a haber una explosión controlada en la puerta. El rehén debe protegerse, a pesar de que la explosión es pequeña. Una vez dentro, después de haber echado abajo la barricada montada por el huésped, Sunil busca a algún rehén. Al encontrar a un hombre en un rincón de la habitación, éste, muerto de miedo por la entrada de un hombre vestido de negro, con un pasamontañas también negro y armado con un fusil, estalla en un ataque de pánico. Sunil le abraza, le tranquiliza, le hace entender que es su rescatador y, tras haber empezado a calmarle, le da agua para beber. El agua siempre calma.
Una vez algo más tranquilizado aquel rehén, Sunil le explica que debe llevarlo al Central Place, donde otro comando lo sacará del edificio. Andan con mucha precaución por los pasillos que llevan hasta el Central Place. Al ver la escena que les rodea, el rehén entra de nuevo en un estado de pánico. Ya en el punto de reunión con el otro comando, Sunil se queda con él un rato más para tranquilizarlo. Desde su posición no puede ver a más de un metro, con lo que los pasillos que llevan hasta ellos se convierten en largos y oscuros túneles llenos de humo. De repente una granada explota al lado de los rehenes rescatados. Todos entran en pánico y hay un momento de gran confusión. Los terroristas abren fuego contra ellos, a lo que la Guardia de Seguridad Nacional responde. Pero, como nos explicó Sunil, no sabían a dónde disparar, pues no sabían de qué pasillo venían los tiros. Sunil siente algo en su nalga izquierda, pero sigue disparando contra los terroristas. Ya controlada la situación, unos comandos se llevan a los rehenes y Sunil se dirige a otra habitación para buscar más rehenes.
No es hasta las 16:30h que Sunil empieza a sentir un calor excesivo en su cadera y una cierta sensación de mareo: una bala ha entrado por su nalga izquierda y ha salido por su pierna derecha. Otro comando se encarga de sacarle del hotel. Según Sunil, pudo sobrevivir gracias al entreno recibido para soportar el dolor y al equipo especial de que disponen en la Guardia de Seguridad Nacional.
En el Hotel Trident Oberoi se daba una situación similar. A las 14:30h se consigue liberar a algunos rehenes. Como si los terroristas estuvieran viendo los acontecimientos por la televisión, de las 14:30h a las 15:00h, como si fuera una venganza por la liberación de los rehenes, tiran cinco granadas que obligan a parar la operación de rescate. Tras estas explosiones, se decide enviar más comandos al interior del hotel.
Durante todo este día Imran y Nasir, los terroristas que se encuentran en la Nariman House, ofrecen una brutal resistencia a la Guardia de Seguridad Nacional. Ésta, a pesar de ser una simple casa de cuatro pisos, no consigue ningún avance. Los terroristas, con todas las ventanas de la casa tapadas con mantas, cambian constantemente sus posiciones para disparar. Esto vuelve locos a los comandos, que no saben si los dos terroristas que ha visto la criada son o no los únicos que hay en la casa.

28 de noviembre
00:00 - 20:00h

A la una de la madrugada, se libera a cuarenta rehenes en el Hotel Trident Oberoi. La operación va bien encaminada y durante toda la noche continúa la ofensiva contra los terroristas.
Apoorva Parikh sigue escondido en la habitación del aire condicionado. Ha conseguido sobrevivir gracias al agua que ha bebido del aire condicionado. Hacia las ocho de la mañana escuchamos como, de la radio de un agente de policía en el exterior del Hotel Trident Oberoi, alguien dice “En el piso 16 no hay nada, continúan para arriba”. No seria hasta cerca de las 09:30h que unos comandos llegan a la planta 19, donde está la habitación del aire condicionado. Al llamar a su puerta la Guardia de Seguridad Nacional e identificarse, Arund Parikh entiende que aún le queda esperanza para salir con vida. Finalmente, a las 10:00h empieza una liberación masiva de rehenes. Los terroristas ya están muertos, pero la liberación de estas 93 personas se alarga hasta las 15:30h. No sabemos si por complicaciones dentro del hotel, por el estado en que se encuentran los rehenes o porque en el exterior hay una masa de periodistas, sobre todo indios, deseosos de obtener imágenes de los rehenes. Esto hace que cada vez que un rehén abandona el hotel un sinfín de cámaras los apabulle de tal forma que los rehenes, tras haber estado 36 horas encerrados en las más terroríficas circunstancias, se ven intimidados por los deseos de carnaza de los objetivos.
A las 15:30h la operación de rescate se da por finalizada, después de 41 horas de sufrimiento.
En la Nariman House, por la mañana, treinta comandos de la Guardia Nacional de Seguridad son dejados en la azotea de la casa por un helicóptero. Pero Imran y Nasir conocen a la perfección la casa y disponen de un gran arsenal de munición y granadas. Empieza una lucha encarnizada dentro de la casa, con 25 explosiones registradas, posiblemente de ambos bandos.
A las 18:40h, Andri, el fotografo americano, se encuentra en los aledaños de la Nariman House. Empieza a correr la voz de que los comandos han matado a los terroristas. La gente empieza a saltarse los controles que rodean la zona donde se encuentra la casa. Andri nos comenta: “A mi no me gustan las aglomeraciones indias. Y menos ésta, al lado de donde no hace tanto había explosiones. Además la gente parecía realmente enfadada. Así que yo me mantuve al margen”. La muchedumbre se fue acercando a la casa gritando “Viva la India, muerte a Pakistan”, pues el terrorista ya arrestado era de este país. Cuando ya estaban muy cerca de la casa, se empiezan a escuchar disparos otra vez en el interior. La gente que se había reunido delante de la casa se disgregó en una gran estampida que a más de uno podría haberle costado la vida.
Finalmente, la operación se da por finalizada a las 20h, después de 46 horas de asedio.
Todas las operaciones realizadas en el Hotel Taj Mahal eran lentas y dificultosas ya que este hotel fue el único punto donde hubo cuatro terroristas, no dos como en los otros lugares. Además, gracias a las confesiones del arrestado Kasab, se sabía que los terroristas habían alquilado habitaciones los días previos al ataque, donde habían dejado gran cantidad de armas.
A las 15:30h se consigue liberar a siete rehenes, pero el jefe de comandos donde se encontraba Sunil, pierde la vida en un enfrentamiento con los terroristas. Las estimaciones dicen que dentro del hotel aún deben quedar unos cien rehenes. Entre las 16:45h y las 17:15h se escuchan numerosas explosiones de granadas y múltiples disparos. La Guardia de Seguridad Nacional se hace con el control de la planta baja del hotel. La lucha sigue de forma ininterrumpida y de forma muy violenta hasta las 19h. Según los comandos, los terroristas tienen una preparación militar-estratégica excepcional, equiparable a la suya. Cambian constantemente de tácticas militares y de lugar, y hacen que los rehenes prendan fuego en sus habitaciones con ellos dentro, pero sin los terroristas. Cuando la Guardia de Seguridad Nacional llega creyendo que allí pueden estar los terroristas, estos se encuentran ya en otro sitio desde donde los disparan.
A las 19h se produce un paro en la lucha, que vuelve a empezar de forma esporádica a partir de las 21h. Nosotros, cansados y sin haber comido nada durante todo el día, decidimos también hacer un breve descanso y comer algo. Cuando volvemos, a las 21:40h, una extraña imagen se nos presenta ante los ojos. Todos los cámaras de televisión y fotógrafos que están en primera línea están tumbados en el suelo. Un compañero nos explica cómo, justo al irnos, un disparo desde el Hotel Taj Mahal ha herido a un compañero. Por este motivo, todos los que están en primeras filas están estirados en el suelo y esta prohibido utilizar focos o flashes que permitan a los terroristas identificar dónde se encuentra la prensa. Los terroristas se han atrincherado en la primera planta, justo en la esquina del hotel que da donde nos encontramos.
A las 22:30h, se empiezan a oír de nuevo disparos. Los comandos están intentando arrinconar a los dos únicos terroristas que quedan en el hotel, en la esquina ya mencionada, para preparar el ataque final.
A las tres de la madrugada empieza la última gran ofensiva. Las explosiones y los disparos se oyen por doquier. Alrededor de las seis de la mañana, un alto mando de la Guardia de Seguridad Nacional confirma que uno de los terroristas ya ha muerto y que sólo queda uno, muy malherido, justo en la esquina opuesta del hotel donde los habían intentado arrinconar.
Hacia las 07:30h, el terrorista no puede andar ni moverse debido a las múltiples heridas recibidas. A pesar de ello, son los comandos los que están sorprendidos de la resistencia que les está oponiendo este ultimo terrorista.
Finalmente, a las 08:00h, después de unas sesenta horas desde que empezó el ataque al Hotel Taj Mahal, la Guardia de Seguridad Nacional abre fuego indiscriminado contra el lugar donde se encuentra el terrorista, dejando el cuerpo de éste imposible de reconocer.
La pesadilla, por fin, se da por finalizada.
Los días posteriores sumieron a Bombay, primero, bajo la tristeza; después llegó la rabia contra Pakistan; y, finalmente, vino la indignación y la ira contra sus políticos, a quienes tildan de corruptos e ineptos para gobernar.
Todos estos sentimientos se pudieron observar en la concentración en recuerdo por las víctimas realizada en Marine Drive el día 30 de noviembre, así como en la multitudinaria manifestación del día 3 de diciembre, realizada delante del Hotel Taj Mahall y la Puerta de la India.
NOTAS:
El día 3 de diciembre, una semana después del inicio de los atentados, a las 18h, hora en que empezaba la manifestación, se encontró en la Estación Central Victoria una bomba que aún no había explotado. Se encontraba dentro del cuartito donde habían sido depositadas las maletas que los pasajeros de la estación habían dejado abandonadas, lugar por el que estos reporteros (Claire Berge y Juli Garzon) se pasearon varios dias.
Como Kasab confesaría en los interrogatorios de la policía, todas las bombas dispuestas fuera de los hoteles y en la estación tenían la función de crear pánico mientras los terroristas estaban dentro. Con su explosión y el caos derivado, los terroristas pensaban aprovechar para escapar como simples turistas y acabar reuniéndose todos en la Nariman House, desde donde pensaban huir todos juntos al puerto. Allí, debían coger un barco que les llevara a alta mar, donde les esperaría un barco que les devolvería a Pakistán. La operación había sido “vendida” a los jóvenes como una operación no-suicida. Curiosamente, ninguna de las bombas -que debían ser utilizadas como ruta de escape y que habían sido programadas a la misma hora- llegó a estallar.
El presupuesto del cuerpo de seguridad que sirve para proteger al Primer Ministro y a su familia -ahora, la familia Gandhi, la dinastía iniciada por Nehru- es de treinta millones de euros. El presupuesto de la Guardia de Seguridad Nacional, encargada de proteger a los 1.200 millones de habitantes de la India, es sólo de veintiséis millones de euros.

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